martes, 28 de febrero de 2012

Extracción y almacenamiento de la leche materna





Extracción y almacenamiento de la leche materna

La leche materna puede extraerse para su uso posterior y ser utilizada cuando las circunstancias impidan que la madre esté con su bebé. Extraerse la leche, ya sea manualmente o con la ayuda de un sacaleches, requiere práctica y su efectividad tiende a aumentar con el tiempo La clave para lograr extraerse la leche es conseguir duplicar el reflejo de eyección, es decir la salida de la leche. Esto se consigue visualizando al bebé y propiciando un entorno íntimo y relajado. Escoja un sitio donde el riesgo de interrupciones sea mínimo.Métodos de extracción:
La elección del método de extracción dependerá de las circunstancias de la separación y de la edad del bebé. Y a pesar de que entre las propiedades de la leche humana está la de retrasar el crecimiento de bacterias, es importante observar unas mínimas normas de higiene como el lavado de manos y de los utensilios que se usen para la extracción, la recolección y el almacenamiento de la leche.
La extracción puede hacerse de forma manual, o con la ayuda de un sacaleches. En las reuniones de la Liga de la Leche podemos explicarte diversas técnicas de extracción manual, que son utilizadas en gran parte del mundo y que vienen muy bien para las separaciones ocasionales.
Si la separación es prolongada como en el caso de las madres que trabajan fuera de casa, los bebés prematuros, o aquellos que tienen que ser hospitalizados por cualquier otra causa, los sacaleches manuales o eléctricos son una buena alternativa. Los mejores sacaleches manuales son aquellos que imitan el efecto de una jeringa, o bien los que pueden utilizarse con una sola mano. Entre los sacaleches eléctricos y a pilas, los hay de extracción sencilla (un pecho cada vez) y doble (los dos pechos a la vez) obviamente, este último recorta el tiempo de extracción a la mitad.
Pautas para el almacenamiento de la leche humana:
Estas son las recomendaciones actualizadas que La Liga Internacional de La Leche les da a sus monitoras. La siguiente información esta basada en los últimos estudios y se aplica a madres que:
  • Tienen niños sanos, nacidos a término (no prematuros)
  • Están almacenando su leche para uso en casa (no para uso en hospital)
  • Se lavan las manos antes de extraerse la leche
  • Usan recipientes que han sido lavados con agua caliente jabonosa y enjuagados
Toda leche debe ser fechada antes de almacenarla.
Pautas para almacenamiento:
CALOSTRO
  • A temperatura ambiente 27 - 32 grados, de 12 a 24 horas.

  • LECHE MADURA
  • A 15 ºC: 24 horas
  • A 19 - 22 ºC: 10 horas
  • A 25 ºC: de 4 a 8 horas
  • Refrigerada entre 0 y 4 ºC: de 5 a 8 días

  • LECHE CONGELADA
  • En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas
  • En un congelador que es parte de la nevera pero con puerta separada (tipo combi): 3 -4 meses. (La temperatura varía según lo frecuentemente que se abra la puerta)
  • En un congelador separado, tipo comercial con temperatura constante de -19 grados C : 6 meses o más.
  • ¿Qué tipo de envase se debe utilizar?
    Si se va a congelar la leche:
  • Envases de plástico duro o vidrio aptos para alimentos
  • Bolsas especialmente diseñadas para el almacenamiento de leche materna

  • Enfría la leche en el refrigerador si la vas a agregar a un envase que ya tiene leche congelada.¿Cómo calentar la leche?
  • Descongela y calienta la leche bajo agua tibia corriente o sumergiéndola en un recipiente con agua tibia.
  • Nunca dejes que la leche hierva.
  • Agita la leche antes de probar la temperatura.
  • Nunca uses el horno microondas para calentar leche materna.
  • Leche que se ha descongelado
    Si la leche ha sido congelada y descongelada, se puede refrigerar hasta 24 horas para usarse después. No debe volver a congelarse.
    ¿Cuánta leche extraerse?
    No es necesario sacarse de una vez toda la leche que uno pretende dejar para el bebé. Tampoco es necesario mantener separadas las distintas cantidades que se vayan extrayendo a lo largo del día. Siempre que las cantidades previamente extraídas se hayan mantenido a una temperatura entre 0 y 15 grados, la madre puede utilizar el mismo recipiente para guardar la leche recién extraída, por un período máximo de 24 horas, para luego seguir las recomendaciones de-almacenamiento de acuerdo con la fecha y hora de la primera extracción.
    Si la leche previamente extraída se ha mantenido entre 19 y 22 grados, el tiempo total de almacenamiento no debe exceder las 10 horas desde la primera extracción. Y si la leche previamente extraída se ha mantenido a 25 grados, el tiempo total de almacenamiento no deberá exceder las 6 horas desde la primer extracción. La leche fresca puede juntarse con la leche congelada, siempre y cuando la primera haya sido enfriada por lo menos una media hora en la nevera, y sea menos cantidad que la leche congelada, de modo que, al mezclarse, la leche fresca no derrita la capa superior de la leche congelada.
    Utilización de la leche previamente congelada
    Es conveniente almacenar la leche materna en pequeñas cantidades que faciliten su descongelación . El mejor método para descongelarla es colocar el recipiente bajo el chorro de agua fría e ir dejando que el agua salga progresivamente mas caliente hasta lograr descongelar la leche y que ésta alcance la temperatura ambiente. También puede descongelarse la leche colocando el recipiente dentro de un cazo con agua tibia y después más caliente, pero no es necesario que el mismo se encuentre directamente sobre el fuego. Esta segunda opción resulta más ecológica dado su ahorro de agua. No es necesario calentar la leche materna, basta con llevarla a temperatura ambiente, que es como sale de nuestro cuerpo.
    Como es difícil saber qué cantidad va a tomar el bebé y a fin de no desperdiciar la leche materna, es conveniente mantener ésta en un recipiente distinto del que se lleva a la boca el bebé. Se empieza por ofrecer al bebé pequeñas cantidades en el recipiente de elección (vaso, cuchara, jeringa, biberón) y si quiere mas, se va rellenando del recipiente que se ha descongelado, de modo que la leche del recipiente "madre" no entre en contacto con la saliva del bebé. Así se podrán guardar las cantidades que el bebé no haya tomado para la próxima oportunidad, ya que, siempre que no haya estado en contacto con la saliva del bebé, la leche descongelada puede mantenerse refrigerada durante 24 horas.

    lunes, 27 de febrero de 2012

    El Secreto de la Lactancia Materna

     El secreto de la lactancia materna

    10.2.2012
    ¿Por qué la lactancia materna en muchas ocasiones no es exitosa, no funciona, y acaba más pronto de lo que madre y bebé querrían? Evidentemente, cuanta más información tengamos antes de empezar a amamantar, mucho mejor. Que sepamos cómo debe estar colocado el bebé, que sepamos cómo funciona el pecho, la ley de la oferta y la demanda, que nos hayamos informado previamente de que la leche cambia a lo largo de la toma y también, a lo largo del tiempo, etc. La información es vital, también en esta cuestión, la lactancia materna. Tener un entorno que nos ayuda, que nos sostiene cuando acabamos de parir, que nos deja llorar y nos acoge si hemos tenido un parto que no se parece en nada a lo que habíamos deseado… todo ello nos ayudará a poder amamantar mejor. Sí, la ayuda, el apoyo y el sabernos escuchadas, acompañadas y no juzgadas nos será vital.
    Ahora bien, la lactancia materna tiene un secreto. Un secreto que es conocido en muchos ámbitos, en grupos de apoyo a la lactancia, en grupos de crianza, en… pero por si acaso me estás leyendo, estás embarazada, y tú aún no sabes cuál es el secreto, intentaré explicártelo para que tu lactancia sea un éxito. O mejor dicho, te explicaré el que yo creo que es el secreto.
    La lactancia tiene que ver con el cuerpo, con las hormonas, con el amor. La lactancia, si con algo está reñida es con la mente. Si empezamos a dar el pecho pensando que nuestro hijo mama demasiado, o que mama demasiado poco, si pensamos que no lo hacemos bien, que esto no funcionará, que se queda con hambre… Si nos agobian y los pensamientos obsesivos en una época emocionalmente dura (a veces) como es el post parto nos empiezan a invadir con cosas como “no lo estoy haciendo bien, no aumentará de peso, hace dos minutos que ha mamado y ya vuelve a querer, ¿cómo es posible? Esto no es normal…” Si miramos el reloj, si no nos podemos relajar… La lactancia será más difícil, porque la mente es un gran obstáculo que debe superar… y a veces es tan alto, que es incapaz.
    El mejor consejo que te puedo dar desde aquí, mujer embarazada que te preguntas qué tienes que hacer para dar el pecho (aparte de que te informes y que en caso de que aparezca algún problema, busques ayuda externa -doula, asesora de lactancia, etc.), es que te relajes. Que respires hondo y que te relajes. Que te conectes con el cuerpo y con generaciones y generaciones de mujeres que han dado el pecho. La información más sutil, más corporal, más innata, la tienes. Lo único que pasa es que en los últimos años han sido un poco oscuros para la lactancia materna y es probable que ni tú hayas sido amamantada, ni hayas visto a nadie lo suficientemente cercano dando el pecho a demanda.
    Para dar el pecho tenemos que estar tranquilas y debemos pensar que la lactancia será un éxito si conseguimos hacer como la leche: FLUIR. Fluir en este nuevo estado de madre que amamanta, fluir en este nuevo cuerpo de mujer que se va transformando con los pechos grandes y duros, con alguna cicatriz o algún punto, con una barriga que poco a poco va volviendo a su lugar, con un cuerpo a veces cansado de un esfuerzo titánico como es un parto… Fluir y alejarnos de todo lo que pueda interferir en el acercamiento diario y en cada toma a nuestro bebé. ¡Nos estamos conociendo…! Como cuando estamos en pleno enamoramiento con otra persona; las opiniones de los demás nos estorban de este estado de éxtasis, y sólo queremos estar juntos, juntos y tranquilos para irnos conociendo, para irnos llenando, para irnos diciendo lo importantes que somos el uno para el otro… La lactancia está reñida con el miedo, con la culpa, con la ambivalencia. Con el miedo de no poder conseguirlo y tantos otros. Con la culpa de no estar haciéndolo suficientemente bien para nuestro hij@ y de otras culpas acumuladas. Con la ambivalencia de querer dar el pecho pero quizás no a demanda, y de otras ambivalencias maternales y anteriores…
    La leche fluye mejor cuando no pensamos. Cuando simplemente, estamos disponibles para un bebé que sabrá perfectamente cómo regularse. La leche será la adecuada y en la cantidad justa que necesita si no estamos dudando en cada instante. Somos capaces, somos poderosas, podemos hacerlo. Pero primero nos lo tenemos que creer y no como una elaboración mental sino como una verdad integrada en cada porción de nuestro cuerpo y sobre todo, de nuestro corazón. La lactancia, al igual que el amor, no fluye si pensamos mucho. La lactancia, al igual que el amor, requiere paz, conexión y presencia. Este es el secreto.